Simbiosis. Revista de Educación y Psicología, Volumen 2, No. 3, enero-junio 2022, ISSN-e: 2992-6904, Páginas 07- 15

 

 

Fundamentos Teórico-Metodológicos para la elaboración de una Tesis Universitaria

 

Theoretical-methodological foundations for the preparation of a university thesis

 

Fundamentos teórico-metodológicos para a elaboração de tese universitária

 

 

Jessica Lucía Callado Francisco

luziaacallado.sociolog@gmail.com

https://orcid.org/0000-0002-1759-4840

Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad de México, México

 

Omar De la Rosa López

omarpko@hotmail.com

https://orcid.org/0000-0003-3381-2112

Colegio de Pedagogos de México, Ciudad de México, México

 

I Artículo recibido en enero 2022 I Arbitrado en febrero 2022 I Aceptado en marzo 2022 I Publicado en junio 2022

 

https://doi.org/10.59993/simbiosis.v2i3.12

 

RESUMEN

En el presente ensayo se analizarán las situaciones de orden epistémico, teórico y metodológico que deben afrontar los tesistas universitarios al momento de realizar sus trabajos de investigación. Desde la identificación del tema, la delimitación para la construcción del problema, la aceptación de la ruptura y el error; hasta la pretensión del conocimiento absoluto y la intensión de solucionar los problemas sociales con una sola investigación, son los diversos momentos y estadios intelectuales y emocionales por los que atraviesan los tesistas al momento de investigar. Pensar el quehacer investigativo como trayecto y proceso formativo, como señal de progreso y avance profesional, y no solo como mera tarea para la obtención de un título, es el objetivo principal de este texto, para ello se toma como ejemplo el problema de la importancia del desarrollo de habilidades socioemocionales en adolescentes.

 

Palabras clave: Metodología; Investigación; Ruptura; Error; Problema

 

ABSTRACT

In this essay, the epistemic, theoretical and methodological situations that university thesis students must face when carrying out their research work will be analyzed. From the identification of the topic, the delimitation for the construction of the problem, the acceptance of the rupture and the error; even the claim of absolute knowledge and the intention of solving social problems with a single investigation, are the various moments and emotional stages that thesis students go through when investigating. Thinking the research work as a training path and not only as a task to obtain the title is the main objective of this text.

 

Keywords: Methodology; Research; Rupture; Error; Problem

 

RESUMO

Neste ensaio, serão analisadas as situações epistêmicas, teóricas e metodológicas que os estudantes de teses universitárias devem enfrentar ao realizar seu trabalho de pesquisa. A partir da identificação do tema, da delimitação para a construção do problema, da aceitação da ruptura e do erro; mesmo a pretensão de conhecimento absoluto e a intenção de resolver problemas sociais com uma única investigação, são os vários momentos e etapas intelectuais e emocionais que os alunos de tese passam ao pesquisar. Pensar a tarefa investigativa como caminho e processo de formação, como sinal de progresso e ascensão profissional, e não apenas como mera tarefa de obtenção de diploma, é o objetivo principal deste texto, para isso o problema de importância é tomado como um exemplo. do desenvolvimento de habilidades socioemocionais em adolescentes.

 

Palavras-chave: Metodologia; Pesquisa; Ruptura; Erro; Problema


INTRODUCCIÓN

 

En la elaboración de una tesis o investigación de carácter académico, la metodología es la parte medular para su realización. El definir los momentos, fases, instrumentos y técnicas dan solidez y consistencia al proceso investigativo, evitando de esta manera caer en la invalidez de la misma. Investigar, además de ser un ejercicio intelectual, serio y profundo, es un arte y recreación espiritual. La experiencia nos ha colocado frente a prácticas académicas que promueven la elaboración de tesis solo como un trámite requerido para la obtención de un título o grado, sin ser siquiera un requisito obligatorio pues en la actualidad existen diversas maneras para lograr dicho objetivo. Ciertamente esta lectura tiene mucho peso en la actualidad, sin embargo, creemos que inhibe el involucramiento comprometido, por parte del tesista, en la comprensión del mundo y de la realidad que ha elegido estudiar.

 

La propuesta de este artículo es pensar al quehacer investigativo como una aventura pedagógica, vital para el propio trayecto formativo. Asimismo, se pretende cuestionar las miradas tecnócratas que existen hoy día en torno a la elaboración de una tesis para llevar la discusión al terreno del compromiso crítico del sujeto con el mundo, con su entorno, con su propio ser y estar en el mundo. Para ello, el estudiante que se aventura -en un sentido pedagógico- a la realización de una tesis, necesita hacerlo con convencimiento, con interés, con pasión; de lo contrario, vivirá el quehacer investigativo con más frustraciones que gozos.

 

El papel de la pregunta en la construcción de un problema de investigación

 

Roberto Cruz (1994) afirma que hay algo inmanente en la mente de todo ser humano: la pregunta. Cualidad que no se presenta en ninguna otra especie en el planeta. La pregunta, dice el filósofo mexicano, nunca es inocente ni neutral, siempre hay un sentido contenido en la pregunta humana. En el ámbito de la ciencia, la pregunta es la puerta al conocimiento, es lo que motiva a la investigación. Preguntas como ¿qué? ¿Para qué? ¿Por qué?, orientan la identificación de lo que al sujeto le interesa. La pregunta no es producto del azar, sino de la observación y la inquietud de saber qué es y cuáles son las relaciones que se establecen para que exista lo que se ha observado. Mantener la mirada en algo concreto de la realidad que nos envuelve es ya, sin saberlo, la identificación de un tema.

 

En el ámbito de la metodología, la identificación y selección del tema es una tarea que debe realizarse con plena conciencia, porque de ello depende que el siguiente paso sea firme y claro: la problematización. ¿Qué es y cómo se problematiza un tema?, parece un tanto difícil, pero para hacerlo sólo hay que preguntarnos ¿en qué afecta? y/o ¿a quiénes afecta aquello de la realidad que nos ha llamado la atención? Cuando se visualiza claramente la afectación, entendida como la serie de relaciones que trastocan a los sujetos y al contexto observado, ya habremos identificado un problema.

 

El término problema, en sentido metodológico, no debe entenderse solamente como una afectación o dificultad, sino también -y, sobre todo- como algo digno de ser estudiado, de ser indagado para ser explicado. Siguiendo a Carballeda (2000) el problema de investigación no siempre es algo que debe ser erradicado o eliminado, es decir, no es acabar con el conflicto. En otro sentido menos explorado, el problema de investigación es aquello que ha permanecido oculto y que la investigación debe intervenir para hacer que lo que estaba en las sombras salga a la luz, pues solo siendo visible puede ser abordado.

 

Durante el proceso de investigación se presentan diferentes problemas los cuales podemos clasificar en dos tipos: internos y externos. Todos aquellos inconvenientes o percances que dependen del investigador, tanto los referentes a lo metodológico (delimitación, definición del método, técnicas, herramientas, cumplimiento, refutación o anulación de hipótesis, redacción) como a la acción y actividad del mismo (habilidades, expertis, objetividad, prejuicios, dedicación) son los problemas internos; mientras que los problemas externos son aquellos ajenos al investigador, por ende, no dependen de él (cambios en el contexto, fenómenos naturales y sociales), sin embargo, pueden llegar a cambiar o afectar el curso y el resultado de la investigación.

 

La investigación en ciencias sociales

 

Cuando se hace investigación en ciencias sociales hay que tener presente que difícilmente se llegarán a resultados universales. A diferencia de las ciencias exactas o naturales, donde el descubrimiento de leyes naturales invariables es el objetivo más relevante, en la investigación de corte social sucede lo contrario. Las ciencias sociales, lo que buscan, no es la universalización del saber, tampoco la generalización del conocimiento; lo que importa es la comprensión de la acción social, la explicación de las relaciones intersubjetivas, el tejido y entramado histórico en donde los sujetos se constituyen como tales. Este punto es crucial que lo entienda el tesista que emprende investigación social, de no ser así, vivirá la falacia de querer construir conocimiento absoluto sin saber que jamás logrará semejante cometido.

 

A diferencia de lo que pasa con las ciencias exactas, en la investigación en ciencias sociales, a pesar de que los factores sean los mismos, el procedimiento y el resultado no son determinados ni deterministas, por eso se vuelve indispensable el conocimiento y uso de diversas y múltiples herramientas que permitirán dotar de identidad a cada investigación, es decir, cada investigación social es diferente, a pesar de que el tema sea el mismo, como plantea Rina Aguilera (2016)“…utilizamos autores, conceptos y explicaciones de modo genérico sobre un área de estudio que después va a permitir descender al problema que nos interesa.”(p. 64).

 

Al abordar problemáticas sociales que resultan familiares al tesista-por formar parte de su contexto habitual de vida-, el mantenerse “fuera de él” para estudiarlo objetivamente, no es una tarea fácil. El que se sienta en un entorno familiar puede motivar en el investigador la opinión con base en juicios de valor que sesgan la lectura de la realidad, impidiéndole el análisis objetivo de aquello que ha definido como objeto de investigación. Esta complicación ha hecho que los enfoques cualitativos en el ámbito de las ciencias sociales sean duramente cuestionados debido a su latente falta de objetividad y exceso de participación de la subjetividad del investigador, este innegable contrapunteo ha generado debates desde tiempo atrás y no ha logrado ser superado del todo.

 

La delimitación y construcción del problema de investigación

 

La investigación en ciencias sociales ha padecido y sufrido de prejuicios, devaluación y minusvaloración tanto de su método, del mismo objeto de estudio, así como de sus resultados, ello se debe a que se ha pretendido tratarla, entenderla y ‘medirla’ con la misma vara que a las ciencias exactas. Basada en autores como Glaser, Rina Aguilera identifica dos recursos analíticos que permiten trabajar de manera cuidadosa en las ciencias sociales, con la intención de evitar los problemas internos que pueden llegar a aquejar al investigador, dichos recursos son: la teoría normativa, la cual trata de “cómo debería ser el mundo; el teórico presenta un conjunto de situaciones deseables e indica por qué este conjunto es preferible. A la teoría normativa le interesa “mantener o promover normas, entendidas estas como valores” (Goodwin citado por Aguilera, 2016, p. 63); y la teoría positiva, la cual “a diferencia de la normativa, centra su atención en lo siguiente: estudia y analiza los hechos, tal y como son…. exige la aplicación de dos procedimientos fundamentales; el análisis de los problemas y la observación de los mismos. (Aguilera, 2016, p. 65).

 

Conocer y entender sobre la teoría positiva puede evitar dicha caída, pues esta teoría permite captar “lo que llamaríamos los aspectos esenciales de un problema o de una realidad, que se entienda de manera comprensiva.” (Aguilera, 2016, p. 65), es decir, permite alejarse de la observación y argumentación desde el deber ser o de lo que el investigador quiere o pretende de y para la sociedad. Por ejemplo: si se define el tema de la falta de autoconocimiento y autorregulación de las emociones en los adolescentes como problema, es preciso observar el problema desde afuera, como si no se conociera a uno o a otro estudiante, evitar a toda costa el involucramiento personal con el objeto de estudio, pues al ser parte de la cotidianidad del investigador -además de conocer y haber experimentado los problemas individuales de los jóvenes-, los juicios de valor se presentan como una tentación piadosa. Pero no se trata de ser completamente insensible o “extremadamente racional”, se trata de ser empático con el problema, una empatía que permita trabajarlo coherente y objetivamente, como plantea Edgar Morín (1999): “La afectividad puede asfixiar el conocimiento pero también puede fortalecerlo.” (p. 5). Pero a su vez, “la racionalidad debe reconocer el lado del afecto, del amor, del arrepentimiento.”(p. 7).

 

La exigencia de la teoría positiva en cuanto al análisis del problema nos permite identificar su realidad y su lógica; para ello, la delimitación es el inicio del camino. Delimitar el problema de investigación, es hacerlo asequible hasta el punto en que es de comprensible acceso para el investigador. Previo a la delimitación y construcción del problema, la realidad social aparece como una sola, amalgamada por una serie de relaciones incomprensibles que suceden a pesar de poner atención en ellas.

 

Cuando el sujeto se detiene en un punto en particular de su entorno para indagar y explicar aquello que le ha robado la atención, empiezan a visualizarse aspectos que antes le pasaban desapercibidos, pero que ahora, una vez que ha detectado algo digno en el cual depositar su vigilancia, empieza a conocer poco a poco lo que se convertirá en su objeto de estudio. La identificación y reconocimiento del contexto es vital para mantener la línea de trabajo investigativo incluyendo el aspecto teórico, conceptual y epistemológico.

 

Retomando el ejemplo del tema: autoconocimiento y autorregulación de las emociones en los adolescentes, se considera un problema debido a que la ausencia de dichas habilidades socioemocionales[1] significa una afectación en la toma de decisiones de los mismos para su desarrollo académico, personal y profesional -para la visualización de proyecto de vida por ejemplo-, si se comienza una investigación basada en este tema, se presenta un universo por estudiar. La delimitación puede llevarse a cabo desde dos planos importantes:

 

a)      Delimitación teórica-conceptual. Esta consiste en ser conscientes del conocimiento que se tiene y que se puede manejar para la elaboración de la investigación. Tener presentes las teorías, conceptos, categorías y métodos de los que se puede echar mano para iniciar el análisis de primer orden de la realidad. La delimitación conceptual es de tal importancia que, de no tener claro los conceptos en los que se funda la investigación, el trabajo quedará a la deriva. Ejemplo: los conceptos de autoconocimiento y autorregulación ameritan abordarse desde la Psicología; el concepto de educación socioemocional se puede retomar desde la Pedagogía, la Psicología y desde la Sociología; el concepto de emociones por sí solo permite analizarse desde la Psicología pero también desde la Neurobiología. Respecto a esto, se puede ver como se realiza la delimitación, la reducción del universo del problema a un problema de mejor manejo y comprensión para el investigador, como menciona Gabriel Gutiérrez (1998) “…el progreso de pensamiento consiste en disminuir el número de adjetivos que convienen a un sustantivo y no en aumento.” (p. 89).

 

b)      Delimitación del objeto de estudio de acuerdo con la población objetivo. En este aspecto es crucial que se identifique qué, quiénes, dónde, cuándo. Definir la población-objetivo permitirá atender el problema con precisión pues no es posible atender el problema con todos los adolescentes de bachillerato en general pues también hay que tener en mente el tiempo para la elaboración de la investigación. Un trabajo sin la delimitación precisa puede extender su tiempo de elaboración llevándola al extravío y a la no culminación. En el caso del problema con el que hemos venido ejemplificando el texto, queda de la siguiente manera: lugar, Colegio de Ciencias y Humanidades Naucalpan; turno matutino; generaciones 2021-2022 (tentativamente); un grupo de primer semestre con continuidad a segundo semestre; adolescentes en general (sin distinción de sexo ni edad).

 

Atender las condiciones de los sujetos sin tomar en cuenta las relaciones e interacciones que establece con su contexto suele ser una común equivocación. Acercarse a los sujetos de la investigación a través de los vínculos con su entorno es una tarea que no debe menospreciarse ni ignorarse. Solo así, el tesista sabrá de la importancia de los aspectos sociales, económicos, culturales, educativos, y del papel que éstos juegan en la conformación de sentidos y significados individuales y colectivos. De lo anterior dependerá qué tan confiable será el análisis del investigador.

 

Saber que no se sabe todo

 

La investigación no es solo un proceso en donde el investigador aplica el saber acumulado, sino también donde adquiere y construye saberes y conocimientos nuevos. El conocimiento es dinámico y su generación depende, en mucho, de la interacción del sujeto con el objeto; es dinámico, en tanto que es consecuencia de una relación activa e intencional de hombres y mujeres con el mundo. En tanto que somos seres perfectibles, inconclusos e inacabados, la búsqueda de respuestas a las constantes preguntas que como especie hacemos a diario, nos ha llevado a la creación de ciencias cada vez más especializadas, sin embargo, seguimos ignorando bastos campos del saber y el mundo natural y social. Para ilustrar lo dicho, pongamos como ejemplo el caso de un politólogo intentando una investigación exhaustiva sobre Física cuántica, cierto es que si no se ha formado académicamente en la disciplina referente a las ciencias exactas, llegará el momento en el que se presenten complicaciones por la incomprensión y el poco o nulo entendimiento de las teorías.

 

En el caso que se está revisando, si el investigador es sociólogo de profesión el pretender profundizar el tema de las emociones desde la Psicología, puede representar un problema principalmente en el tiempo de desarrollo, pues implica el hacer un “aprendizaje hacia atrás” como propone Marcelino Cereijido (2000): “si se llega a detectar que… se tiene un concepto inadecuado… puede explicarse en un punto anterior… ¿Hasta dónde podemos ir hacia atrás y explicar los conocimientos en lo que se apoya lo que ahora queremos analizar?... De regreso a la pregunta de hasta donde podrías ir hacia atrás, mostrando, demostrando y fundamentando cada ladrillo, cada estamento del edificio de la ciencia, la respuesta es: hasta los axiomas.” (p. 35, 36), esto lleva a identificar desde dónde se tiene que partir para conocer, profundizar y analizar dicho tema para que tenga validez y coherencia. Esto no significa que el investigador se quede en una zona de confort -con lo que ya sabe y “domina”-, al contrario, con esto se refuerza la importancia de la delimitación teórica-conceptual de la que se habla líneas arriba.

 

Otro punto importante, y que forma parte de los problemas internos dependientes de quien hace una investigación, es realizar el trabajo con el entendimiento de que no se puede resolver un problema social de manera inmediata. La solución a una problemática socio-educativa no se logra con una sola investigación. Al final de la investigación se habrá generado alguna propuesta que atienda las problemáticas para contrarrestar, aminorar las problemáticas primarias abordadas, o también se podrán anunciar nuevas aristas para futuras indagaciones, pero creer que el término de la tesis concluye cuando se soluciona el problema construido es una falacia común entre los tesistas. El fin de la tesis responde más a delimitaciones temporales y teóricas establecidas previamente por los investigadores, que a soluciones definitivas.

 

Cuando se permite que el trabajo investigativo sea dominado por el ego de quien investiga, por la pretensión de develar el hilo negro del problema abordado y por la imperiosa necesidad de dar una respuesta contundente y definitiva sobre lo estudiado, se puede caer en la insensatez y la falta de humildad. La investigación no es una tarea para demostrar la sapiencia, sino para aprender del proceso, en el que existe el error, la falla, la inexactitud y la carencia de argumentos. Con cada investigación que se lleva a cabo se aprende un poco cada vez más a investigar. No son aprendizajes que tengan fin.

 

Al principio de este texto se hablaba de la pasión y la entrega ontológica que debe existir en el tesista al momento de abordar su trabajo investigativo. Si bien investigar es un acto intelectual y racional arduo y complejo, también tienen lugar las pasiones y elementos irracionales que orientan y dictan el actuar del investigador. Edgar Morín (1999) escribe: “Se reconoce la verdadera racionalidad por la capacidad de reconocer sus insuficiencias.”(p. 8), cuando reconocemos tales insuficiencias de la razón es porque llegó el momento de abrir las puertas al eros epistémico. Dejar que actúe la sin-razón no es desviar el camino de la tesis, más bien, es acudir a la plenitud del sentir para retomar ánimos y claridad en lo que se está haciendo.

 

Se puede entender de lo hasta aquí dicho, que es necesario mantener la conciencia de que el problema a investigar no se resuelva de una vez y por todas, esto también ayuda a comprender que, aunque las respuestas al final de la tesis sean convincentes, siempre existirá la posibilidad de que sean refutadas o rechazadas, pero no por ello se debe evitar la investigación, al contrario, hay que investigar con objetividad, claridad, sustento, pues existen trabajos previos y actuales con diferentes perspectivas e ideologías que no estarán de acuerdo con lo que se considera o se plantea, por ello la importancia de la investigación, hay que volverla constante y no aterrorizante.

 

La ruptura y el error

 

Gastón Bachelard maneja dos conceptos importantes que ayudan a mantener la línea de una investigación objetiva: la ruptura y el error. Ambos se muestran durante la realización del trabajo y es muy importante su presencia, ya que la ruptura da paso al “(…) conocimiento sensible, inmediato, pragmático, para ponderar el conocimiento científico, objetivo…” En cuanto al error, propone que “el error es necesario, y el reconocimiento del error indispensable para el conocimiento objetivo.” (Aguilera & Castañeda, 2016, p.90).En el mismo orden de ideas, Karl Popper plantea que “…la metodología sólo será científica si el proceso de conocimiento se desarrolla en la triada siguiente: problema-conjetura-refutación (crítica).” (Aguilera & Castañeda, 2016, p. 106), gracias a esto se puede comprender la importancia de dichos momentos durante el proceso de investigación.

 

Líneas arriba se habló de que la construcción de conocimiento no es lineal ni libre de disputas epistémicas e ideológicas. La crítica juega un papel fundamental para la revocación de paradigmas y enfoques metodológicos y teóricos. La crítica a las teorías establecidas permite avanzar y profundizar en el estudio del mundo social y natural. El ámbito de la ciencia no es un ámbito concluso, sino todo lo contrario. Está en constante transformación, por ende, pensar que la tesis tiene por finalidad resolver de un tajo la problemática definida es no comprender el vasto y complejo mundo de las ciencias.

 

Retomando el problema que ha sido ejemplo anteriormente, la ruptura se identifica cuando se pasa del conocimiento cotidiano, común, como un simple ¿por qué?, ejemplo: ¿por qué son importantes el autoconocimiento y la autorregulación en los adolescentes? Llegando a un conocimiento más científico, objetivo, como el identificar teorías o postulados que sustenten la problematización del hecho, ejemplo: la importancia del desarrollo de habilidades socioemocionales en los adolescentes desde la educación socioemocional.

 

El error se presenta cuando gracias a la teoría positiva se debe replantear un objetivo, una hipótesis, incluso replantear el problema, porque tal vez la delimitación no fue la adecuada y se desvía de la línea temática de la investigación, ejemplo: se retoma el concepto de habilidades socioemocionales desde la teoría pedagógica, pero lo que interesa no es el trasfondo pedagógico sino la parte sociológica de la educación socioemocional, por lo tanto, la presencia de dicho concepto brinda dos salidas: la primera, se queda el concepto y se redirecciona la investigación hacia las herramientas, técnicas y estrategias de habilidades o, la segunda, se quita el concepto y se reubica hacia una perspectiva sociológica de la educación socioemocional.

 

Lo anterior, forma parte de los elementos internos que tendrá que atender el investigador en cuanto a la metodología y también los que dependen de su hacer y su pensar, como el liberarse de prejuicios o la conciencia de que no puede saberlo todo o el ego de que ya lo sabe todo o la pretensión de dar una respuesta absoluta a un problema.

 

En cuanto a los problemas externos, aquellos que no dependen de él, se trata de fenómenos o eventos naturales, políticos, económicos o socioculturales que se dan espontáneamente, por ejemplo: sismos, inundaciones, la actual pandemia, cambios de gobierno, protestas o manifestaciones estudiantiles o de cualquier sector de la sociedad civil, desajustes en la economía, etc. Si bien los problemas externos escapan al dominio y control del tesista, forman parte del contexto general de la investigación y, como tal, deben entenderse al momento de elaborar el reporte final de investigación.

 

Considerando la situación actual de pandemia y retomando el tema de ejemplo, la realización se ve afectada pues la dinámica de los adolescentes se ha transformado completamente, las formas de interacción, las estrategias de estudio, las dinámicas sociales, la actividades de esparcimiento, las relaciones familiares, todo el contexto ha cambiado, ante esto, el investigador se ve obligado a rediseñar, redireccionar, replantear, ajustar el problema de investigación para que siga siendo viable y efectiva su elaboración.

 

CONCLUSIONES

 

Las condiciones actuales demandan repensar la investigación y la elaboración de una tesis (en lo particular) como normalmente se conocía, pues se puede decir que se ha vuelto más estático, relegando al investigador a estar detrás de un escritorio, incluso en la parte práctica de la misma, se mantendrá detrás de una pantalla. Pero la forma de ser del problema se ha vuelto más dinámica, más cambiante, pues se vive en una incertidumbre latente, cada día se presenta una situación diferente, las condiciones del contexto cambian, lo que lleva a replantear y repensar el problema, en la actualidad esto parece interminable, entonces, investigar se vuelve algo aterrorizante, pues parece que nada puede concretarse.

 

Si se suma a lo anterior, el poco interés, fomento y motivación de las instituciones por la elaboración de una tesis de investigación como una experiencia enriquecedora para la formación y desarrollo académico y profesional, sino sólo como una opción de trámite, tenemos como respuesta la renuencia y desinterés del alumno para su realización, buscando y encontrando otras opciones alejadas de la investigación.

 

REFERENCIAS

 

Aguilera Hintelholher, R. M. y Fernando R. Castañeda. (2016). Nuevos horizontes de las Ciencias Sociales. Debate sobre diversas perspectivas metodológicas., Ediciones La Biblioteca, México

Aguilera Hintelholher, R. M. (2014).Complejidades impredecibles: Desafíos de las Ciencias Sociales en el mundo contemporáneo. Centro de Estudios Políticos. Estudios Políticos núm. 31(enero-abril, 2014): ISSN: 0185-1616, México, D.F

Carballeda, A. (2000). La intervención en lo social. Exclusión e integración en los nuevos escenarios sociales. Buenos Aires, Paidós

Cereijido, M. (2000). Ciencia sin seso. Locura doble .México, Editorial. Siglo XXI

Cruz, R. (1994), El hombre pregunta. Universidad Iberoamericana, México

Gutiérrez Pantoja, G. (1998). Metodología de las Ciencias Sociales II.Oxford University Press, México, D.F

Morín E. (1999). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. UNESCO: Francia

 



[1] Para fines de este artículo, se consideran éstas dos habilidades como base para la toma de decisiones adolescente, aunque es bien sabido que hay otras habilidades que conforman las llamadas “Habilidades para la vida”.